Alguien alguna vez escuchó esta palabra en algún lado y la hizo de oro. La procrastinación ahora está en boca de todos y de todas pero si escribes la palabra con el móvil, la tableta o algún procesador de texto con corrección de ortografía; marca la palabra como mal escrita o desconocida. Y no es para menos, la verdad.
La palabra procrastinar viene del latín procrastinare. Que además podría ser la primera persona del futuro de indicativo del propio verbo en castellano. Pero como la gran mayoría de las palabras en la lengua antigua; se divide en dos. Pro significa adelante, y crastinus, algo referente al futuro. Por lo que literalmente sería “aquello que dejamos para hacer en el futuro”.
Planifica tu día para salir de la procrastinación.
Igual que cuando hablábamos de fijarnos metas para realmente ir a la zona de confort deseada; en esta ocasión deberemos planificar nuestro día a día para dejar de posponer lo que podemos seguir haciendo ahora mismo o durante el día.
Todo esto es importante tenerlo apuntado en una hoja de tareas. En ella podremos ver todos los objetivos diarios cumplidos y acabar el día con la satisfacción de haber acabado el trabajo que teníamos que haber hecho durante el día.
Eso sí, no quieras hacer todo lo complicado y difícil de primeras. Esto es algo que nos enseñaban desde el colegio cuando nos ponían matemáticas a primera hora. No, para muchas personas no es factible tener las tareas más complejas a primera hora del día. Es mejor empezar de menos a más; dejar lo más complejo o tedioso para la mitad del día y acabar con otras cosas más sencillas. Hacer como una curva ascendente con forma de montaña.
No te agotes a primera hora.
Eso sí, no quieras hacer todo lo complicado y difícil de primeras. Esto es algo que nos enseñaban desde el colegio cuando nos ponían matemáticas a primera hora. No, para muchas personas no es factible tener las tareas más complejas a primera hora del día. Es mejor empezar de menos a más; dejar lo más complejo o tedioso para la mitad del día y acabar con otras cosas más sencillas. Hacer como una curva ascendente con forma de montaña.
¡No te distraigas o caerás en la procrastinación!
Todo aquello que nos pueda distraer, evitar tenerlo cerca. Ya sean teléfonos móviles inteligentes, tabletas con las que no trabajemos, la televisión, una revista… todo aquello que sabemos que hará que no nos centremos en el trabajo que tenemos que tachar de nuestra lista de tareas.
Y no tener cerca significa que nos obligue a tener que levantarnos para ir a por ello. El teléfono móvil es el elemento que más distracción nos puede traer. Más aún cuando nos dedicamos a trabajos en internet. Por lo que tenerlo en otra habitación a la que no podamos llegar fácilmente; nos hará que la procrastinación se aleje de nosotros.
Divide et impera.
Aunque en latín significa “divide y domina”, en español hemos escogido la traducción griega “divide y vencerás”. Si tenemos muchas tareas pendientes, lo mejor es dividirlas y no querer ir del tirón sin destajo a hacerlo todo.
Agrupar las tareas nos puede ayudar a seguir trabajando con la misma temática y tener la cabeza centrada en ello. Así, si en algún momento nos cansamos y nos da por la procrastinación por ser todo muy repetitivo, podremos escoger otra tarea de otra temática. Dividiendo puede ser mucho más apacible trabajar e incluso divertido.
Cuéntalo.
Tu procrastinación no la cuentes, cuenta mejor cómo estás saliendo de ella gracias a estos pequeños consejos. O tips que se llaman ahora… al final la presión social hace mucha más mella en nosotros de lo que podamos creer. Es por ello que contar nuestras tareas puede ayudarnos a acabar haciéndolas y no excusarnos.
Si cuentas lo que vas a hacer, cuando te vuelvas a encontrar con esa persona (y si tiene memoria, normalmente es mejor hacerlo con alguien cercano), te acabará preguntando. Porque siempre preguntamos por todo. Y una vez que nos haya preguntado podremos decir que lo hemos hecho. Porque sí, lo habremos hecho y podremos enorgullecernos de ello porque estamos saliendo de la procrastinación. Así, es una gran manera de presionarnos a hacer lo que tenemos que hacer y ser más productivos.